El sector educativo, al igual que cualquier otro, se encuentra en un constante desarrollo acorde a las demandas del contexto.
Por este motivo, no es de extrañar que frente a la digitalización de la vida cotidiana hayan surgido modalidades de educación alternativas a las clásicas clases presenciales, como es el caso de la formación online.
¿En qué consiste exactamente la formación online?
La formación online surge como una alternativa a la formación presencial, logrando acercar la educación a personas que por diversos motivos no pueden adaptarse a los medios formativos convencionales.
Como su nombre indica, la formación online ha sido posible gracias a los avances digitales y al aprovechamiento de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y se encuadra dentro de la modalidad de enseñanza e-learning, lo que hace referencia a su desarrollo a través de Internet.
La formación online se caracteriza por su flexibilidad horaria, por la gran variedad de actividades que ofrece, por su amplia oferta formativa y, especialmente, por permitir compaginar los estudios con otras labores como es el trabajo o el cuidado del hogar.
Y es que, aunque la modalidad e-learning se haya visto mayormente popularizada a partir de la pandemia, existía desde bastante antes, ofreciendo tanto cursos como estudios de grado y posgrado a personas adultas.
Las diferencias entre la formación a distancia y la formación online
Aunque en ocasiones los conceptos de “formación online” y “formación a distancia” se utilizan indistintamente, no son lo mismo y, por lo tanto, resulta necesario saber la diferencia para seleccionar el método educativo más acorde a las necesidades de cada uno.
Mientras que la formación online se vale de las TICs, la formación a distancia se limita a proveer de material de estudio al estudiante para que este aprenda de forma autodidacta. En este sentido, las interacciones con el tutor se limitarán a correos electrónicos, llamadas telefónicas o videoconferencia, pero no se llevarán a cabo sesiones formativas como tal.
Por el contrario, la formación online sí que dispone de un campus virtual en el que se despliegan contenidos variados como vídeos, presentaciones en PowerPoint, recursos bibliográficos, etc., además de existir foros donde los estudiantes pueden interactuar entre ellos y con el tutor.
Existe también dentro del e-learning la versión b-learning en la que se ofrece a los estudiantes la posibilidad de realizar un porcentaje de los créditos en modalidad presencial, aunque con la proliferación de centros educativos internacionales como la TECH Universidad Tecnológica no suele ser la opción más común.
En cualquier caso, la formación online permite un aprendizaje interactivo con comunicación bidireccional con otras personas, mientras que la formación a distancia se realiza en remoto y de forma individual.
¿Por qué merece la pena apostar por la formación online?
La formación online surge como respuesta a los retos de una sociedad ampliamente demandante y tecnologizada. En un contexto en el que priman las prisas, pero también la necesidad de acceder a una educación de calidad, el e-learning permite a las personas formarse dónde, cómo y cuándo quieran, pudiendo compaginar la formación con el resto de las responsabilidades cotidianas.
No solo eso, sino que el hecho de apostar por el fomento de las TICs contribuye a un mayor dominio tecnológico y al acercamiento a recursos que pueden generar valor diferencial al currículum de los estudiantes con respecto a competidores que se limitaron a la formación presencial.
La formación online marca un antes y un después con respecto a las necesidades educativas tal y como se conocían, siendo un paso decisivo hacia la conciliación con la vida digitalizada hacia la que nos dirigimos.