A estas alturas todos conocemos el término favorito de la industria del bienestar: autocuidado. Y aunque, sí, algunos pueden decir que se ha convertido en un cliché, hay muchos beneficios probados al practicar el autocuidado. Aparte del obvio, simplemente SENTIRSE mejor, aquí hay un par de beneficios inesperados del autocuidado. Además, si quieres conocer extras que puedes ayudarte en tu camino hacía un mejor autocuidado, no dudes en revisar la sección de salud de boomattitude.es
1. La disminución de la velocidad te hace más productivo
Reducir el ritmo puede adoptar muchas formas. Tal vez sea decir que no a los compromisos que no te sirven, sacar tiempo en tu día para hacer yoga o tomar un café con un amigo o simplemente respirar profundamente antes de una reunión. Todas estas acciones nos devuelven al momento presente y nos ayudan a centrarnos en lo que es verdaderamente importante. Cuando mi lista de tareas es más larga que la lista de deseos navideños de mi hija y estoy navegando por Facebook, sé que es el momento de volver a centrarme y priorizar. A menudo, lo que tengo que hacer es convertir el autocuidado en mi principal prioridad y luego volver al resto de mi lista de tareas.
2. El autocuidado te ayudará a reforzar tu sistema inmunitario
¿Qué tienen en común el tomar vitaminas/suplementos, descansar mucho, hacer ejercicio, la atención plena y tomar un baño caliente? Todos ellos activan el Sistema Nervioso Parasimpático. Cuando se activa el SNP, el cuerpo se pone en modo “descanso + restauración”, lo que le da a nuestro cuerpo la oportunidad de descomprimirse de nuestra agitada vida diaria. Cuanto más podamos incorporar estas actividades a nuestras rutinas, mejor podremos sobrellevar nuestro agitado estilo de vida y menos tiempo tendremos para estar ‘ocupados’. Todo esto da al cuerpo la oportunidad de aumentar sus defensas contra esos desagradables bichos del resfriado que les gusta atacar cuando estamos más débiles.
Una vez que implementé una rutina de autocuidado regular, noté una disminución dramática en el número de días de enfermedad que tenía. ¡Sin mencionar la correlación positiva que vi en mis niveles de energía!
3. El autocuidado mejora tu autocompasión
Es muy sencillo, cuanto más te cuides, mejor te sentirás. La Dra. Kristin Neff define la autocompasión como “ser cálidos y comprensivos con nosotros mismos cuando sufrimos, fallamos o nos sentimos inadecuados, en lugar de ignorar nuestro dolor o flagelarnos con la autocrítica”.
Cuando empecé a prestar atención a las voces de mi cabeza, me di cuenta de que nunca le hablaría a un ser querido de la forma en que me hablaba a mí misma. Darse cuenta de lo que uno se dice a sí mismo es una forma de autocuidado en sí mismo. Cuando empezamos a tratarnos a nosotros mismos con amor y compasión, empezamos a ver el mundo de forma diferente, empezamos a vernos como parte de la experiencia humana colectiva en lugar de aislados (también conocida como la voz “por qué yo”). Cuidar de uno mismo llevará sin duda a una mayor autocompasión.
4. Descubrirás quién eres realmente
¿Cuántas veces te paras a pensar qué es lo que me encanta hacer? ¿Qué es lo que realmente me ilumina? ¿Qué puedo hacer por mí que me haga sentir bien? Algunos de nosotros podemos responder a esto con bastante facilidad, pero muchos no pueden. A medida que crecemos y dejamos atrás la “infancia”, estamos condicionados a creer que el juego es para los niños y que hacer demasiado por nosotros mismos es “egoísta”. Al menos esas fueron algunas de las creencias que recogí en el camino. Perdí el contacto conmigo misma y empecé a buscar la satisfacción en fuentes externas. A medida que mi mundo se fue abriendo al autocuidado, a lo que era y a su importancia, he vuelto a conectar completamente conmigo misma. Ahora puedo responder a esas preguntas sin ninguna duda Y sé lo que tengo que hacer cuando me siento desalineada.
5. Tendrás más para dar a los demás
No me di cuenta en su momento, pero durante muchos años fui una de las que llevaba la creencia de que el autocuidado era egoísta. Que si hacía algo por mí misma significaba que no estaba haciendo algo por otra persona. Y valoraba más mis contribuciones a los demás (especialmente a los que amaba) que a mí misma. Una de las mayores (y más duras) lecciones que he aprendido al tener hijos es que si mi copa no está llena, definitivamente no puedo llenar la suya. O la de mis maridos. O a mis amigos. Me di cuenta de que cuanto más practicaba mi propio cuidado personal, más capacidad tenía para la familia y los amigos. Es un poco como construir un músculo, requiere práctica y tiempo. Pero merece mucho la pena.
ASÍ QUE ADELANTE, CIERRA EL ORDENADOR Y PON A PRUEBA UNA DE ESTAS PRÁCTICAS PARA CALMAR EL ALMA:
- Date un baño. Los baños desintoxicantes son increíblemente reductores del estrés.
- Medita. Incluso una meditación de 5 minutos te servirá. Si puedes encontrar 20 minutos, aún mejor.
- Cuídate. Echa un vistazo a tu dieta y averigua dónde están las lagunas y luego considera la posibilidad de llenarlas con un suplemento o un parche natural (incluso las mejores dietas no nos dan todo lo que necesitamos).